El amigo del guapo



He recibido una visita (en el anterior post, el de abajo) que me honra, que, además, me ha dejado un comentario. Es un autor conocido en todo el mundo así que, desde aquí, le rindo homenaje. Todo esto me trae a la memoria una anecdota que le ocurrió a un personaje principal del Madrid de principios del siglo XX. Recibió una carta en la que sólo se leía: Hijo de puta. El caballero en cuestión lo comentó con sus amigos y dijo: En mi vida me han mandado muchas cartas sin firma, es la primera vez que recibo una firma sin carta. Todo depende del enfoque (nada que ver con mi ilustre visitante, que conste).

Cambiando de tema, sí, el troglodita que aparece en la foto soy yo, me gusta esa camiseta, me parece divertida. Me llaman la atención los que aspiran a ser el amigo del guapo o de la guapa, supongo que piensan que algo caerá de las sobras, no sé. Nunca he sido el amigo del guapo, creo que soy un solitario. Es más, puestos a elegir, me gustaría ser amigo del que se va a Indonesia para ayudar a los del Tsunami (gracias Lucas) o algo, incluso, mejor, ser capaz de hacerlo.

Comentarios

concupiscencia ha dicho que…
En mis épocas de crisis místicas solía fantasear con dejar todo, armar la mochila e irme a algún lugar exótico a ayudar a los necesitados. Hasta que leí una entrevista que le hicieron a Teresa de Calcuta. En ella decía que no hace falta ir a la India o a África para ayudar al necesitado. Basta caminar por las calles del propio barrio.
Te comento esto porque, qué se yo... sólo quería decirte que visito regularmente tu blog y me parece muy, muy bueno.

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