Atándose los zapatos

Este viaje requiere de pocas alforjas, no obstante conviene revisar bien las maletas antes de partir. Una vez que se ha hecho esto se puede proceder con el siguiente paso, buscar un contenedor cercano y abandonarlas. Ya sé lo que tenía, a partir de ahora ya se verá.
Uno tiene, a menudo, la sensación de que la mayoría de la gente que le rodea está equivocada o, en su defecto, que es uno mismo el que lo está. Táchese la opción C y D, todos y ninguno estamos equivocados, dicho de otro modo, allá tú.

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