Cuestión de tamaño










Leo con asombro en Wikipedia que nuestro Sistema Solar, ese del que la tierra no es más que un diminuto elemento, pertenece a la Vía Láctea, que en ésta hay de 200.000 millones a 400.000 millones de estrellas, esto es de soles, y que nuestro Astro Rey no pasa de lacayo comparado con el resto de estrellas vecinas. También leo que la Vía Láctea es una de las más de 100.000 millones de galaxias que, hasta el momento, se conocen.
Para hacernos una idea (y no me hagáis mucho caso) tengo entendido que la Vía Láctea en comparación con el Universo observable tendría el tamaño de un garbanzo en comparación con Europa y, si aumentamos ese garbanzo al tamaño de Europa, nuestro sistema solar sería una lenteja.
Hablamos del Universo conocido por personas (imaginad la proporción de éstas), creo que es obvio que es sólo una pequeñísima parte de lo que hay allá afuera ¿Qué papel juega el ser humano en esta gran comedia de la vida? Ninguno o casi ninguno, evidentemente. Somos tan arrogantes que incluso creemos que podemos dañar al planeta Tierra, pero el lugar en el que vivimos existía muchos millones de años antes de que el hombre apareciera y seguirá existiendo, con más o menos árboles, con más o menos animales u oxígeno, con más o menos agua, cuando el hombre haya desaparecido.
Entonces ¿para qué cuidar de la Tierra? Es evidente, para nosotros y para nuestros hijos. Primero porque es nuestra obligación, la de cualquier animal, la Tierra es nuestra madre (es tan estúpido pensar que el hombre tiene más valor que el planeta). Somos un virus que se aprovecha de un cuerpo, pero mientras que el resto de los animales son ecologistas, el ser humano no. La única esperanza para algunos sería poder mudarse a otro cuerpo (planeta) antes de que nos manden un antibiótico.
Para mí, la esperanza está en una carta, la del Jefe indio Seattle al presidente de lo Estados Unidos Franklin Pierce en 1854 (buscadla en google), era una respuesta al intento de compra de tierras por parte del gobierno estadounidense. Para Seattle la idea de vender la tierra , las nubes, el viento, era absurda. La tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la tierra.

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